La musica y el ritmo, buscan la manera de llegar hasta los lugares mas secretos del alma...






miércoles, 21 de noviembre de 2012

La Bella Durmiente


 


La bella durmiente es un ballet de Piotr I. Tchaikovsky en un prólogo y tres actos. Se estrenó en 1890 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo.
El libreto es de Ivan Vsevolozhsky basado en el cuento La bella durmiente del bosque de Charles Perrault, aunque Tchaikovsky y su libretista trabajaron con la versión de los hermanos Grimm (Dornröschen) para situar la trama de su ballet.

Acto II: La visión 
El ballet también presenta otros personajes del universo fabuloso de Perrault, como el gato con botas o Caperucita Roja y el lobo. La coreografía original es de Marius Petipa. La versión actual del Royal Ballet incorpora las variaciones aportadas por Frederick Ashton, Anthony Dowell y, recientemente, Christopher Wheeldon.
Prólogo: El bautizo
 El rey Florestán XXIV y la reina han invitado a todas las hadas al bautizo de su hija, la princesa Aurora, para que sean sus madrinas. Mientras llegan con obsequios para el bebé, son interrumpidas por la presencia de Carabosse, el hada malvada. Está enfadada por no haber sido invitada y le regala a Aurora un huso, anunciando que un día la princesa se pinchará un dedo con él y morirá. El Hada de las Lilas, que aún tiene que ofrecer su regalo, promete que Aurora no morirá, sino que caerá en un profundo sueño del cual será despertada por el beso de un príncipe.


Acto I: El hechizo
 Es el decimosexto aniversario de la princesa Aurora y cuatro príncipes han venido a pedir su mano en matrimonio. Catalabutte descubre a tres mujeres tejiendo. Horrorizado, porque el rey Florestán ha prohibido todos los husos y agujas, en un ataque de furia determina que las mujeres deben morir. La reina pide clemencia porque es el aniversario de su hija, así que el rey accede. Mientras Aurora baila, es interrumpida por una anciana mujer que le ofrece un huso. Curiosa, juega con él y se pincha en un dedo, cayendo en un profundo sueño. La anciana mujer, descubriendo su manto, se presenta como Carabosse y, tras recordar a todos su hechizo, desaparece. Entonces aparece el Hada de las Lilas para cumplir su promesa. Lanza un hechizo de sueño a todos y hace que crezca un espeso bosque cubriendo todo el palacio.

Cien años más tarde, el príncipe Florimund está cazando en el bosque con los miembros de su corte. Ven a un ciervo y sus acompañantes lo persiguen, dejando al joven príncipe detrás, soñando pensativamente en el amor ideal. Aparece el Hada de las Lilas y le muestra una visión de la princesa Aurora. Florimund le implora que lo lleve al sitio donde está durmiendo. En las puertas del palacio, se encuentran con Carabosse, que es expulsada por el Hada de las Lilas. Al fin, Florimund despierta a la princesa Aurora con un beso: el hechizo se rompe y Carabosse es finalmente vencida.

Acto III: La boda
Los personajes de los cuentos de hadas asisten a la boda del príncipe Florimund y la princesa Aurora. Se unen a las celebraciones y el Hada de las Lilas bendice el matrimonio.
Fuente: Teatre Liceu de Barcelona
 

El Lago de los Cisnes

               
El Lago de los cisnes es uno de los ballets clásicos tradicionales más conocidos en todo el mundo. Su primera presentación tuvo lugar en el Teatro Bolshói de Moscú con la coreografía de Julius Reisinger el 4 de marzo de 1877. Paradójicamente, no fue muy aceptado en su momento. Sin embargo, el 15 de enero de 1895, con la nueva coreografía de Marius Petipa y de Lev Ivanov esta obra logró un gran éxito en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo. Marius Petipa se encargó del primer y tercer acto (actos en el castillo) y Lev Ivanov del segundo y cuarto acto (actos del lago).

La obra transcurre entre el amor y la magia, enlazando en sus cuadros la eterna lucha del bien y del mal. La protagonizan el príncipe Sigfrido, enamorado de Odette, joven convertida en cisne por el hechizo del malvado Von Rothbart y Odile el cisne negro e  hija del brujo.
  • Coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov
  • Música Pitr Ilich Tchaikovsky
  • Libreto de Vladimir Beghitchev / Vasili Geletzer
Primer acto 
(El jardín del castillo del príncipe Sigfrido)
Es el vigésimo primer cumpleaños de Sigfrido, y el joven príncipe está celebrando la ocasión en el jardín de su palacio. Jóvenes de los estados de alrededor han venido a rendirle tributo. Cuando todos empiezan a divertirse en la fiesta, el buen humor es perturbado por la entrada de la Reina y sus damas de honor. Ella observa a sus amigos con considerable desdén. Sigfrido se altera cuando su madre le señala que debe escoger pronto una esposa.

Su indicación, en el fondo, es una orden, y Sigfrido la rechaza obstinadamente. Mañana por la noche, su cumpleaños se celebrará formalmente con un baile en la corte, y allí, entre las más hermosas damas de la comarca, debe escoger a su futura esposa. Sigfrido ve que toda discusión es imposible y parece que se somete a su voluntad. El Bufón, intenta restaurar el espíritu de la feliz ocasión. La noche comienza a caer. El Bufón, su amigo, sabe que Sigfrido debe distraerse en lo que queda de la velada. Oye el sonido de alas agitadas por encima, mira hacia arriba y ve en el cielo hermosos cisnes salvajes en pleno vuelo. El Bufón sugiere que el príncipe forme una partida de caza y vaya en busca de los cisnes. Sigfrido accede.

Segundo acto 

(La orilla del lago) 
La partida de caza comienza. A una pequeña distancia de ellos, se están deslizando plácidamente los cisnes. Conduciendo al grupo de cisnes hay una hermosa ave. El príncipe camina a lo largo de la orilla del lago hacia los cisnes; cuando está a punto de seguirlos ve algo en la distancia que le hace vacilar. Se para cerca de la orilla, luego se retira rápidamente a través del claro para esconderse. Ha visto algo tan extraño y extraordinario que debe observarlo detenidamente en secreto.

Apenas se ha escondido, entra en el claro la más hermosa mujer que nunca ha visto. No puede creer lo que ven sus ojos, puesto que la joven parece ser a la vez cisne y mujer. Su hermosa cara está enmarcada por plumas de cisne, que se unen a su pelo. Su vestido, puro y blanco está embellecido con suaves plumas de cisne, y en su cabeza descansa la corona de la Reina de los Cisnes. La joven piensa que está sola y aterrorizada, todo su cuerpo tiembla, sus brazos se aprietan contra su pecho en una actitud, casi desvalida, de autoprotección; retrocede ante el príncipe, moviéndose frenéticamente, hasta el punto de caer desesperadamente al suelo. El príncipe, ya enamorado, le ruega que no se marche volando y ante su miedo el príncipe le indica que nunca le disparará, que la protegerá. Ella es Odette. El príncipe la saluda y dice que la honrará, pero le pregunta, que ¿a qué se debe que sea la Reina de los Cisnes? El lago, le explica, fue hecho con las lágrimas de su madre. Su madre lloraba porque un hechicero malvado, Von Rotbart, convirtió a su hija en la Reina Cisne. Y seguirá siendo cisne, excepto entre la media noche y el amanecer, a no ser que un hombre la ame, se case con ella, y le sea fiel.
Sigfrido apoya las manos en su corazón y le dice que la ama, que se casará con ella y que nunca amará a otra, y promete su fidelidad. Ahora, indignado por el destino de su amor, quiere saber dónde se esconde Von Rotbart. Justo en este momento, el mago aparece a la orilla del lago. Su cara parecida a la de un búho es una odiosa máscara, tiende sus garras haciendo señas para que Odette vuelva a él. Von Rotbart señala amenazadoramente a Sigfrido. Odette se mueve entre ellos, suplicando piedad a Von Rotbart. El príncipe le dice que debe ir la próxima noche al baile de palacio. Acaba de cumplir la mayoría de edad y debe casarse, y en el baile debe escoger a su novia. Odette le replica que no puede ir al baile hasta que no se case -hasta que Von Rotbart no deje de tener poder sobre ella- de otro modo el hechicero la descubriría y su amor peligraría.
Cuando los amantes han dejado el claro, las huestes de Odette, todos los cisnes que, como ella misma, asumen forma humana sólo en las horas entre la medianoche y el amanecer, entran bailando desde la orilla del lago.

Tercer acto
(El gran salón del castillo del príncipe Sigfrido)
El baile está a punto de comenzar. Embajadores de tierras extranjeras, ataviados con sus brillantes trajes nativos, han llegado a rendir tributo al príncipe en su cumpleaños. Se anuncia  la llegada de cinco hermosas muchachas, invitadas por la Reina como posibles novias para su hijo. Sigfrido, piensa sólo en el claro a la orilla del lago y en su encuentro con Odette. Su madre le inquiere a que baile con sus invitadas.

Baila de forma automática e indiferente y se sume en una profunda melancolía. Un heraldo se apresura a informar a la Reina de que una extraña pareja ha llegado. No sabe quiénes son, pero manifiesta que la mujer posee una extraordinaria belleza. Un caballero alto y con barba entra con su hija. Cuando el caballero se presenta a si mismo y a su hija Odile, a la Reina. Sigfrido -perturbado casi hasta perder el control mira fijamente a la hermosa joven. Está vestida de sobrio negro, pero es la viva imagen de su querida Odette. Se trata de Von Rotbart, que se ha transformado a si mismo y a su fingida hija para engañarlo y rompa la promesa hecha a Odette de que nunca amará a otra.
La Reina tiene ahora esperanzas de que su hijo se case con una dama de rango, como Odile aparenta ser, e invita a Von Rorbart a sentarse a su lado en el estrado.
Odile ha logrado enamorar a Sigfrido y éste piensa que no es otra que Odette. Mientras bailan los dos jóvenes Odette se deja ver en la distancia y hace señales a Sigfrido de que si continúa en esa actitud puede ser fatal para ella. Luego, Sigfrido se aproxima a Von Rotbart y pide la mano de Odile y éste da inmediatamente su consentimiento. En ese momento hay un estrépito de trueno. La sala de baile se oscurece. Rápidos destellos de luz muestran a los asustados cortesanos abandonando el salón de baile, a la princesa madre aturdida, y a Van Rotbart y Odile de pie ante el príncipe en triunfo final de autorrevelación. Sigfrido no puede soportar sus risas odiosas y crueles, y se vuelve para ver en la distancia la patética figura de Odette. Buscándole desesperadamente, con su cuerpo agitado por los sollozos. Cae al suelo atormentado por su falta.
Acto cuarto 
(La orilla del lago)
Las doncellas cisne se han agrupado a la orilla del lago. Cuando aparece llorando, intentan consolarla. Le recuerdan que Sigfrido es solo un humano, que podría no haber conocido el hechizo, y podría no haber sospechado del plan de Von Rotbart. Sigfrido entra corriendo en el claro y busca frenéticamente a Odette entre los cisnes. Le toma entre sus brazos, pidiéndole que le perdone y jurándole su amor infinito. Odette le perdona pero le dice que no sirve para nada, pues su perdón se corresponde con su muerte. Cuando aparece Von Rotbart, Sigfrido le desafía, quien tras la lucha, es vencido por la fuerza del amor del príncipe a Odette.
 

Giselle

                     

 
Giselle es la obra más importante del compositor Adolphe Charles Adam. La compuso en tres semanas de 1841 y, en ella, logró conjugar eficazmente lo estrictamente técnico en materia coreográfica, con la expresión esencialmente romántica de la obra, logrando una de las más bellas y majestuosas piezas de la época clásica y coreografía obligada en las grandes compañías de danza.
Su argumento nació de la inspiración del poeta Théophile Gautier, quien lo escribió para la joven bailarina Carlotta Grisi a partir de un poema de Heinrich Heine sobre la leyenda alemana de las Willis: espectros de hermosas jóvenes que en las noches de luna llena bailan con sus trajes de novia, coronadas de flores, y castigan a los hombres que las abandonaron forzándolos a bailar hasta caer muertos.
La coreografía original es de Jean Coralli, aunque la mayoría de los solos fueron creados por el bailarín Jules Perrot.
Con más de 150 años, Giselle puede aún conmover al público como ningún otro ballet. Encierra todas las emociones, su argumento se desarrolla con sencillez y rectitud, y no tiene nada de ese baile virtuosista sin conexión con la trama, que comporta tantas dificultades en su presentación, como ocurre en otros clásicos. Giselle es un producto típico del período romántico, hija de los poetas Heine y Gautier. Sin embargo, su mensaje pertenece a todas las épocas: el que nos subraya que el amor es más fuerte que el odio.
  PRIMER ACTO  
Es la época de la vendimia, en un lugar de la Europa central. Giselle, joven campesina, está enamorada y es correspondida por Loys, a quien ella supone un aldeano, pero que es en realidad Albrecht, Duque de Silesia, que se hace pasar por un campesino para obtener su amor. Hilarión, el guardabosques, también está enamorado de Giselle, pero es rechazado por ella, quien le confiesa que su amor pertenece a Loys. Hilarión riñe con Loys, sospecha de él y jura tomar venganza. Giselle baila a pesar de su salud delicada y es sorprendida por su madre, quien expresa sus temores de que al truncarse prematuramente la vida de su hija, ésta llegue a convertirse en una Wili, las habitantes nocturnas de los bosques, almas en pena de jóvenes que han muerto antes de sus bodas. Durante una cacería organizada por la corte, llega al lugar casualmente el séquito del Príncipe de Courtland con su hija Bathilde, que es la prometida de Albrecht. Bathilde queda impresionada por el encanto y la inocencia de Giselle. Los aldeanos festejan la conclusión de la cosecha y coronan a Giselle como la reina de la vendimia. En medio del baile y la alegría irrumpe Hilarión, que ya ha descubierto el engaño de Albrecht, aprovecha la presencia del Príncipe de Courtland y desenmascara al joven Duque. Giselle, desesperada, pierde la razón y muere.
SEGUNDO ACTO
Aparece la tumba de Giselle en el bosque. Hilarión ha acudido al lugar, a donde llegan varios campesinos. Comienzan a jugar y tratan de incorporar a Hilarión al grupo, pero éste se niega, sumido en su dolor. Es medianoche y las Wilis, que han abandonado sus sepulcros en busca de hombres para hacerlos danzar hasta morir, aparecen en el lugar; y Mirtha, reina del grupo, inicia a Giselle en su macabra fraternidad. Albrecht visita la tumba de Giselle y suplica perdón por el engaño. Hilarión es víctima de los espectros y la vengativa Mirtha ordena a Giselle que también atraiga al joven Duque a una danza mortal, pero ella, cuyo amor por Albrecht se mantiene más allá de la muerte trata de salvarlo. Amanece. Las Wilis deben desaparecer y Giselle retornar a su tumba. Albrecht, salvado por el profundo amor de Giselle, queda junto al sepulcro llorando para siempre la ausencia de su amada. 
 

Cascanueces

                      

 

La obra fue estrenada el 17 de diciembre de 1892, en el legendario teatro Mariinskii de San Petersburgo bajo la coreografía original de Lev Ivanov, el libro de Marius Petipa y la música de Piotr I. Tchaikovsky. La primera historia que se conoce de El Cascanueces está basada en el libro de cuentos de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, titulado: “El Cascanueces y el Rey de los ratones” (1816).
Sin embargo, el argumento que daría vida, años más tarde al ballet de Tchaikovsky deriva de una adaptación que Alejandro Dumas (padre) hiciera del texto de Hoffmann.
Ballet en dos actos y 5 escenas.
Acto I
Escena 1
Es Navidad. Entre los invitados que llegan a la casa de la familia Shtalbaun se encuentra Drosselmeier -el preferido por los niños. Impacientes, los pequeños esperan que en el árbol se enciendan las luces de colores. Llega el mago con su regalo para los niños: un teatro de marionetas. La fiesta continúa; los abuelos también bailan superando los achaques propios de su edad mientras los niños juegan. Las marionetas Colombina, Arlequino y Saracinos inician su baile. Todos están muy emocionados cuando el mago se quita su máscara: es Drosselmeier. Clara y Fritz, los hijos de Shtalbaun le piden a Drosselmeier que les regale las marionetas pero éstas ya se las han llevado. En su lugar les regala un ridículo muñeco cascanueces. Fritz arrebata el muñeco a Clara y lo rompe. Ésta le consuela echándole en la cama. Los invitados abandonan la casa después del baile para finalizar la fiesta navideña.
Escena 2
Ha anochecido y la habitación donde se encuentra el árbol adquiere un aire misterioso, casi milagroso. Asustada, Clara va a ver a su muñeco enfermo Cascanueces. Melancólica observa como un búho se convierte en Drosselmeier mientras la mira con una sonrisa burlona. A su señal, del suelo aparecen ratones encabezados por su Rey. Clara quiere huir pero las fuerzas la abandonan y sólo consigue acercarse al árbol que muy deprisa empieza a crecer, mientras todo a su alrededor cambia. Los soldados de plomo cobran vida y, encabezados por Cascanueces, inician una batalla contra los ratones. Las fuerzas son desiguales, van venciendo los ratones cuando Cascanueces se queda sólo ante el ejército de roedores. Clara lanza un zapato al Rey de los Ratones y consigue ahuyentarlos. Cascanueces yace en el suelo. Clara se acerca a él: es un joven príncipe. Él la mira agradeciendo su ayuda.
Escena 3
La habitación se convierte en un bosque invernal. Unos levísimos copos de nieve bailan milagrosamente mientras una estrella del árbol atrapa a Clara y al Príncipe Cascanueces como en un sueño, introduciéndolos en una carroza que les conducirá hasta la cima del árbol.
Acto II
Escena 4
Juntos inician su viaje hacia la cima del árbol, pero los ratones les alcanzan entablándose una nueva batalla. En esta ocasión Cascanueces sale vencedor. Llegan al reino de los muñecos donde son recibidos por doce pajes. El Príncipe narra lo sucedido y cuenta como Clara le salvó, motivo por el que todos muestran su agradecimiento, celebrando una gran fiesta en honor de ambos. Se despiden del reino de las Nieves y siguen su camino por el Río de la Limonada hasta llegar al Reino de las Golosinas donde la Reina de los Dulces los espera con un agasajo en su honor en donde varios bailarines de distintas partes del mundo bailan para ellos.

Escena 5

Finalmente, el mundo de ensueño de Clara se desvanece y ella se despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño. Sus padres van a buscarla para que salga al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer quien junto con Daniel regresa a su taller de relojes y muñecos.

Las Corrientes del Ballet a travez de los tiempos



El Romántico: influenciado por el romanticismo del arte del siglo XIX, donde se habla del dolor de un amor no correspondido. En este, la bailarina principal tiene una gran relevancia, donde debe mostrar una imagen pasiva que lleve a idolatrarla. Entre sus obras importantes encontramos: La Sylphide y Giselle.
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El Clásico: este refleja la extravagancia de las cortes de la época y las bailarinas eran más figuras artísticas. . Las bailarinas utilizan vestidos de gasa cuando son largos o los cortitos y levantados conocidos como Tutús. Entre sus obras más importantes se encuentran: Coppélia, LaBella Durmiente, El Lago de los Cisnes (una de mis preferidas) y el Cascanueces.

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El Diághilev: de origen ruso, el cual es menos rígido, de un solo acto y utiliza hombres y mujeres por igual. En sus obras importantes, encontramos: Pethuska, Les Sylphides, Firebird, El Rito de Primavere (hermosa) y L’Aprés-midi d’un Faune.

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El Moderno: surgido por un grupo de nuevos estilos y conocido también como danza contemporánea. Entre sus obras encontramos: El Hijo Pródigo, Cinderella, El Sueño, La Fille Mal Gardée, Manon y la extraordinaria Romeo y Julieta.
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En resumen, los clasicos del ballet son: "Coppélia", "La Bella Durmiente", "El Lago de los Cisnes" , "El Cascanueces". En el estilo romántico están obras como "La Sylphide" y "Giselle". Del estilo de Diaghilev encontramos a "Pethuska", "Les Sylphides", "Le Spectre de la Rose", "Firebird", "El Rito de la Primavera" y "L'Après-midi d'un Faune". Entre los ballets más modernos encontramos "El Hijo Pródigo", "The Rake's Progress", "Cinderella", "El sueño", "La Fille Mal Gardée", "Manon", y "Romeo and Juliet

Zapatillas de ballet




Las zapatillas de ballet, son zapatillas ligeras diseñadas específicamente para la práctica del ballet. Se hacen de cuero, lona o satén suave y tienen suelas finas y flexibles. Los zapatos de ballet están típicamente disponibles en rosa, negro, gris o blanco. Tradicionalmente, las mujeres los llevan rosados y los hombres blancos, mientras que los colores carne o marrones que dan la apariencia de bailar descalzo son llevados tanto por hombres como por mujeres.

Los bailarines de ballet principiantes y los bailarines de ballet menores de aproximadamente doce años llevan zapatillas exclusivamente mientras entrenan y actúan, mientras que las bailarinas de sexo femenino más avanzadas pueden llevar zapatillas de ballet o zapatillas en punta, cuando las circunstancias lo requieren. A los bailarines jóvenes les está restringido el uso de zapatillas de ballet hasta que se osifiquen sus huesos y sus músculos sean suficientemente fuertes para poder bailar en punta. Los bailarines de sexo masculino llevan casi siempre zapatillas de ballet suaves, pues raramente bailan en punta.

Las escuelas de ballet imparten típicamente clases de técnica, en las cuales los bailarines llevan solamente zapatos de ballet llamados media punta (1/2), y de punta, en que los estudiantes llevan primero los zapatos de ballet para calentar en la barra, y después cambian a zapatillas de punta para los ejercicios de centro. Muchas escuelas de ballet exigen por lo menos cinco años de entrenamiento antes de permitir que sus bailarines vayan en punta.

Fabricación


Zapatilla de ballet con cintas
Como muchos otros tipos de zapatos de danza, los zapatos de ballet pueden tener suela partida (para aumentar la flexibilidad) o suela completa. Se hacen generalmente de cuero, de lona o de satén suave:
  • Las zapatillas de cuero son duraderas y ayudan a mantener los pies calientes. Los altos zapatos de cuero de grano son típicamente los más cómodos y también los más costosos.
  • Las zapatillas de lona son llevadas típicamente por los hombres. Cuestan menos que los zapatos de ballet de cuero y la lona permite que el pie respire, pero se gastan más rápidamente que los de cuero.
  • Las zapatillas de satén, son llevados típicamente por las mujeres. Se tiñen fácilmente para modificar el color de la zapatilla para ocasiones particulares.

Las bandas elásticas se utilizan para ayudar a asegurar los zapatos de ballet a los pies. Cada zapato se puede asegurar bien con una sola banda a través del arco del pie o con dos bandas que se crucen en forma de “X” en la tapa del arco. Las zapatillas de suela partida emplean típicamente dos bandas, mientras que los de suela completa generalmente apenas tienen una. En el caso de bandas únicas, la mayoría de los fabricantes de zapatillas de ballet atan las bandas a los zapatos durante el proceso de fabricación. En el caso de los zapatos de doble banda, los fabricantes atarán típicamente un extremo de cada banda al zapato y dejarán al comprador atar los extremos libres de las bandas para realizar un ajuste óptimo.

Zapatillas de puntas


Zapatillas de puntas
Las zapatillas de puntas son un tipo de calzado de ballet similar a las zapatillas anteriormente descritas pero con refuerzo en la parte anterior de las mismas. Su objeto es que las bailarinas de ballet se eleven sobre ellas apoyando el peso de todo su cuerpo sobre la punta. El objetivo de las zapatillas de puntas es proporcionar una apariencia ligera y estilizada de la bailarina durante la representación, que parezca levitar sobre el suelo o que no haga ruido al caer tras un salto.
Su origen se remonta al nacimiento de los ballets románticos en el siglo XIX. En un principio, las bailarinas introducían algodon para reforzar la punta mientras que en la actualidad la zapatilla cuenta con una estructura rígida en la que se apoyan los dedos.
Las zapatillas de puntas no se utilizan hasta el segundo o tercer año de enseñanza. En los ensayos, se emplean al final de los ejercicios de barra y su uso es progresivo para reforzar los músculos del pie y adquirir el equilibrio necesario para posarse sobre ellas. Existen zapatillas con diferente nivel de rigidez en su suela. La elección de una u otra dependerá de la bailarina en función del grado de fortaleza de su pie. Para ello tiene que practicar todo un año con las 1/2 puntas (las zapatillas nombradas anteriormente)

Historia del tutú








El tutú adoptó diversas formas, pesos y telas a lo largo de la historia, y se le conoce universalmente como un ícono del mundo del ballet. La silueta de círculo completo es una maravilla técnica, y los tutús actuales tienen soportes y costuras escondidos. El objetivo del diseño del tutú es que se pueda apreciar la técnica de la bailarina y realzar a la vez su gracia y estilo.


 

Tutú clásico

 

El origen del tutú se remonta a las cortes francesas del siglo XVI. Los trajes de los bailarines eran grandes y pesados y dificultaban los movimientos. Cuando Luis XIV fundó la Académie Royale de Danse, en 1661, el ballet se comenzó a bailar en un escenario y los trajes cambiaron en consecuencia. Marie Camargo popularizó la falda sobre los tobillos, que resultó escandalosa para la época, a fin de mostrar el complejo movimiento de los pies. A medida que añadieron nuevos giros y movimientos a la danza, las mujeres comenzaron a utilizar bragas o pantaletas para evitar la exposición de las piernas.

Tutú italienne

 

La danza innovadora de los italianos, a quienes se les atribuye el haber aplicado los principales cambios al traje en el siglo XIX, requería la libertad de una falda más liviana, con 16 capas y justo por debajo de la rodilla. Este particular diseño, denominado tutú italienne apareció en El Lago de los Cisnes y La Bella Durmiente.




Tutú romántico

 

El primer esitlo de tutú, denominado tutú romántico, apareció durante el período romántico de la historia del ballet. Existen dos tipos: el primero tiene una falda que comienza en la cintura y el segundo comienza en la cadera y tiene caída (se denomina tutú romántico con faja). El primer tutú romántico fue utilizado por Marie Taglioni en la en la década de 1800. Ella también fue la primera en bailar "en pointe", es decir, en puntas de pie con zapatillas de ballet.

Diseño clásico

 

El tutú moderno típico viene en dos diseños principales. Uno es el tutú estilo Pancake, corto y rígido, que sobresale de la cadera de la bailarina, dejando ver las piernas por completo. El segundo estilo es el Powderpuff o balanchine, que no tiene aro, tiene una falda más corta y luce más liviano que el anterior. Los tutú clásicos surgieron de los pedidos de los espectadores de ver mejor las piernas para poder apreciar los intricados movimientos del baile.

 

 

 

Tutú bell o campana

El tutú bell o campana es un nuevo estilo que surgió de la combinación entre el clásico y el romántico. La falda es más corta y tiene más capas que la del romántico, pero es más larga y tiene menos capas que la del clásico. No tiene aro y se puede hacer de tul como el primero o de malla como el segundo.

 

Estructura

El estilo Pancale lleva alrededor de 11 yardas (10 m) de tela. El canesú tiene entre 6 y 15 paneles, unidos con añadidos rígidos. Se une a la falda a la altura de la cintura o de la cadera, dependiendo del estilo. La faja va desde la cintura hasta el extremo superior de la cadera: puede ser parte del canesú o una cinta adicional ajustada. La falda determina la forma del tutú y el estilo: romántico, clásico o bell.

Billy Elliot

Estereotipos y barreras sociales


 La enternecedora historia de un niño que habrá de luchar contra los estereotipos y los prejuicios de un pueblo de mente cerrada, bajo el símbolo de unas zapatillas de ballet que le pone en contra de todos sus vecinos, y a veces de sí mismo, por no querer ser boxeador, sino dedicarse al baile.
La película narra un cuento ambientado en un entorno muy real, un poblado minero en momentos en que el gobierno de Margaret Thatcher imponía su dureza contra los huelguistas. No podía ser más duro el ambiente para un niño que, en vez de boxear, quiere bailar. La historia está contada con sensibilidad, estilo musical, con momentos memorables como la rabieta bailada de Billy Elliot por las calles hasta que se topa con un muro.
Billy Elliot remite al triunfo de la perseverancia y la dedicación de una manera verosímil, con personajes humanos, no arquetípicos. Su familia está presentada con sobriedad, en el ambiente de hostilidad y dureza laboral y social en el que se desarrolla la trama.
Destacaría la actuación, no solamente del niño, Jamie Bell (Billy Elliot), un gran bailarín, sino también la de Julie Walters (Recordemos Educando a Rita), en su interpretación de la profesora que le ayuda, con dureza y cariño, no solamente a aprender sino también a tomar  decisiones de importancia.



jueves, 15 de noviembre de 2012

Ballet Pasos Bàsicos


ballet1 Algunos pasos de ballet Arabesque Algunos pasos de ballet




Ballet en honduras

Norma de Leitzelar: una pionera del ballet en Honduras

Desde sus ocho años, Norma Ondina Hernández supo que lo suyo iba a ser la danza. Medio siglo después aquella inquieta niña se convirtió en toda una mujer que hoy en día ostenta el privilegiado título de embajadora del ballet en nuestro país y a la que todo el mundo conoce respetuosamente como "Doña Norma de Leitzelar".
Sin duda alguna, que para muchos les ha de ser muy difícil resumir una notable trayectoria como la de esta artista que como pocas, ha luchado por el sueño de mantener viva la llama del arte y la cultura en Honduras.
Su pasión por la danza la descubrió en la ciudad de San Pedro Sula en una academia de ballet a cargo de una maestra mexicana llamada Marielena. Poco tiempo después, surge en ella la necesidad de continuar en la rama del arte y es la primera en inscribirse en la carrera de Danza de la UNAH, egresando como la mejor alumna durante los cuatro años de vida académica.
En 1985 decide fundar su propia escuela de ballet Soam y en el mismo año da a luz a su hija, a quien también llamó Soam.
La primera vez que pisó un escenario fue hace más de 50 años, en el antiguo cine Clamer de San Pedro Sula y desde entonces la sociedad hondureña la respeta por su trabajo, ejemplo y su lucha por fomentar el arte.